A Uruguay le sobraron su calidad individual y su estructura de equipo para ganarle al Meigas con diez hombres. Mingo se hizo echar antes de los 25 minutos de partido.
No es verso lo del oficio de este Uruguay. Puede parecer una virtud menor, casi casi del montón. Y no, definitivamente no lo es. Un jugador menos durante todo el partido es algo que puede y hasta debe sentirse no ya en lo táctico, sino aunque sea en lo físico. Pero Uruguay es un equipo serio, mas allá de la altísima calidad de sus puntas fue demasiado para un Meigas blando como el de ayer. ¿Por qué? porque nunca parecieron diez de Uruguay contra once del Meigas. Por momentos, incluso, esos diez eran una multitud para controlar a un rival tan tibio.
La víctima:
Meigas nunca pudo encontrarle la vuelta al partido y hay un dato que sirve para demostrarlo: sólo fue capáz de generar una llegada clara en todo el partido. Jamás aprovechó el hombre que tenía de más, la única apuesta real, entonces, se redujo a los centros con pelotas paradas buscando una cabeza salvadora.
El oficio. Eso permite a Uruguay que se acerque cada vez más.
La finalidad de este servicio es sumar valor a las notas y establecer un contacto mas fluido con nuestros lectores.
Los comentarios deben de acotarse al tema de discusión.
Se apreciará la brevedad y claridad de los textos, y el buen uso del lenguaje: las malas palabras y los insultos no serán publicados.Así mismo tampoco aquellos que atenten, ya sean, por envidia, rivalidad y/o directamente con intenciones de dañar el trabajo de la institución.
10 son multitud:
ResponderEliminarNo es verso lo del oficio de este Uruguay.
Puede parecer una virtud menor, casi casi del montón. Y no, definitivamente no lo es. Un jugador menos durante todo el partido es algo que puede y hasta debe sentirse no ya en lo táctico, sino aunque sea en lo físico.
Pero Uruguay es un equipo serio, mas allá de la altísima calidad de sus puntas fue demasiado para un Meigas blando como el de ayer.
¿Por qué? porque nunca parecieron diez de Uruguay contra once del Meigas. Por momentos, incluso, esos diez eran una multitud para controlar a un rival tan tibio.
La víctima:
Meigas nunca pudo encontrarle la vuelta al partido y hay un dato que sirve para demostrarlo: sólo fue capáz de generar una llegada clara en todo el partido. Jamás aprovechó el hombre que tenía de más, la única apuesta real, entonces, se redujo a los centros con pelotas paradas buscando una cabeza salvadora.
El oficio. Eso permite a Uruguay que se acerque cada vez más.
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ResponderEliminarLos comentarios deben de acotarse al tema de discusión.
Se apreciará la brevedad y claridad de los textos, y el buen uso del lenguaje: las malas palabras y los insultos no serán publicados.Así mismo tampoco aquellos que atenten, ya sean, por envidia, rivalidad y/o directamente con intenciones de dañar el trabajo de la institución.
La imagen de la institucion la dañais vosotros mismos con vuestra actitud en el terreno de juego
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