Partido muy complicado para los celestes , en la previa ya se sabia que era un casi imposible ,un David contra Goliat pero como siempre la esperanza estaba puesta en estos charruitas que sabíamos lo dejarían todo. Y comenzó la historia ,tribunas casi repletas con mayoria celeste mucho nervio, saltaron al campo y se dio la lógica los del Santa Marina dueños del balón y del partido y los celestes aguantando hasta los 8 minutos cuando llego el primero y después los restantes . Los rojos fueron justos ganadores y los celestes se quedaron con ese sabor amargo de una derrota muy dura ,pero lo dejaron todo camisetas empapadas y no de lluvia ,sino de transpiración que se transformo en reveldia y en coraje hasta el final .Los Uruguayos se despidieron del torneo con un hermoso reconocimiento de su gente con un soooyyy ceeleesteee que exstremecio a propios y extraños, por supuesto no faltaron lágrimas y claro no podía ser de otra manera estos niños tienen reveldia ,ganas ,fueza en definitiva garra Charrúa que mezclada con sangre Gallega hacen la convinacion perfecta , solo así se explica lo que estos niños han conseguido meterse entre los 8 mejores de copa.El entrenador celeste mantuvo hasta lo último su pensamiento por momentos criticado,le dio confianza y previlejio a los que sufrieron en carne propia los 230 y pico de goles resividos en la temporada 2008-09.Consultado por la prensa dijo, no jugaron los mejores para el resto, jugaron los mejores para mi.
Era martes por la tarde. No parecía junio, como tampoco parecía martes, como tampoco parecía ser las siete y media de la tarde. El cielo descargaba su fina lluvia sobre doce caritas ilusionadas, sobre doce camisetas celestes, pero sobre un solo corazón. Todos se habían reunido una hora antes, para escuchar los consejos de su sabio entrenador. Pero ellos no oían sus palabras, porque los latidos de sus doce corazones -envueltos en color de un cielo que no quería envidiarles- resonaban con más fuerza en el vestuario que las consignas de su maestro. Los doce sabían que era un gran día. Iban a hacer historia. Nervios, tensión, uñas mordidas. ¿Cuánto falta, Richard? ¿Cuándo empieza el partido? -Seguid calentando.
Por fin llega el instante. El salto al terreno de juego. Claro, no era la primera vez. Pero esta ocasión sí merecía el calificativo de especial. La grada está en sus oídos, porque los aplausos retumban en el estadio. Al hincar las miradas en el horizonte, advierten las enseñas de Club Deportivo Uruguay. Las Banderas, los escudos, las frases de ánimo. Y la lluvia sigue cayendo. Para todos, menos para doce caras convencidas en sus posibilidades, en su unión. Impávidos, sólo tienen ojos puestos en un balón que echa a andar.
Siete en juego. Cinco aguardando su oportunidad. ¿Suman doce? Falso. Ese día las matemáticas se atravesaron con la esperanza, hasta convertir la solución en uno. Cuando encajaron el primer gol, lo único que sintieron fue que el partido no había hecho más que comenzar, de modo que sólo hacía falta volver a sacar desde el centro del campo. Llegó el segundo: doce caritas mojadas y frías escuchaban cómo las familias de los contrarios lo festejaban, pero perseveraban en el orgullo de defender una pasión. Tuvieron que regresar al centro del campo para poner el juego de nuevo el balón no sólo esa vez, sino unas cuantas más. Algunas más. No importa su número. El partido no había terminado. Había que demostrar el pundonor de los campeones, la nobleza de los señores del juego, la honradez de quien defiende a un amigo. Y lo demostraron.
E hicieron historia, con el sudor de sus frentes, con el dolor en sus piernas cansadas, con la sonrisa del tesón bien empleado, con el orgullo de pertenecer a un grupo irrepetible. Un puñado de pequeños hombres que no quieren separarse, ni entre sí, ni de quienes les ha enseñado. Esos rostros pequeños salieron de la cancha con la cabeza tan alta como la habían mantenido todo el encuentro. Cuando el rival había abandonado el césped, en el estadio sólo resonaba una canción desde las gradas:
Les ovacioné. Y todos. Todos nosotros y quienes no lo eran. Los que veníamos, los que ya estaban y los que ya tendrían que haberse marchado. Seguramente, en el períodico de mañana se leerá que doce pequeños héroes perdieron una batalla, pero conquistaron un reino: el sentido de nuestras vidas.
Mi -nuestro- homenaje hoy y siempre va para ellos. Han demostrado que, en la vida, serán unos ganadores.
MI OPINION SOBRE EL PATIDO DE HOY TIENE QUE VER MAS ALLA DEL RESULTADO,AUN ESTOY EMOCIONADA,NICO SE PUSO A LLORAR EN EL CAMINO A CASA,QUE PASA MI AMOR?ES QUE MIS COMPAÑEROS Y YO NO VAMOS A VER MAS AL BOCA,ESTAMOS MUY TRISTES,DESPUES DE DARLE LAS RAZONES POR LAS CUALES NO PODRA DIRIGIRLOS,PERO QUE CONOCIENDO A RICHARD SIEMPRE QUE PUEDA IRA A ALENTARLOS,LO ENTENDIO A MEDIAS,ME SIENTO ORGULLOSA POR PERMITIR QUE MI HIJO COMPARTA UN ESPACIO DONDE NO HAY NIÑOS MEJORES O PEORES...HAY UN HERMOSO GRUPO DE NIÑOS TRATADOS COMO TAL.GRACIAS
Partido muy complicado para los celestes , en la previa ya se sabia que era un casi imposible ,un David contra Goliat pero como siempre la esperanza estaba puesta en estos charruitas que sabíamos lo dejarían todo. Y comenzó la historia ,tribunas casi repletas con mayoria celeste mucho nervio, saltaron al campo y se dio la lógica los del Santa Marina dueños del balón y del partido y los celestes aguantando hasta los 8 minutos cuando llego el primero y después los restantes . Los rojos fueron justos ganadores y los celestes se quedaron con ese sabor amargo de una derrota muy dura ,pero lo dejaron todo camisetas empapadas y no de lluvia ,sino de transpiración que se transformo en reveldia y en coraje hasta el final .Los Uruguayos se despidieron del torneo con un hermoso reconocimiento de su gente con un soooyyy ceeleesteee que exstremecio a propios y extraños, por supuesto no faltaron lágrimas y claro no podía ser de otra manera estos niños tienen reveldia ,ganas ,fueza en definitiva garra Charrúa que mezclada con sangre Gallega hacen la convinacion perfecta , solo así se explica lo que estos niños han conseguido meterse entre los 8 mejores de copa.El entrenador celeste mantuvo hasta lo último su pensamiento por momentos criticado,le dio confianza y previlejio a los que sufrieron en carne propia los 230 y pico de goles resividos en la temporada 2008-09.Consultado por la prensa dijo, no jugaron los mejores para el resto, jugaron los mejores para mi.
ResponderEliminarEra martes por la tarde. No parecía junio, como tampoco parecía martes, como tampoco parecía ser las siete y media de la tarde. El cielo descargaba su fina lluvia sobre doce caritas ilusionadas, sobre doce camisetas celestes, pero sobre un solo corazón. Todos se habían reunido una hora antes, para escuchar los consejos de su sabio entrenador. Pero ellos no oían sus palabras, porque los latidos de sus doce corazones -envueltos en color de un cielo que no quería envidiarles- resonaban con más fuerza en el vestuario que las consignas de su maestro.
ResponderEliminarLos doce sabían que era un gran día. Iban a hacer historia. Nervios, tensión, uñas mordidas. ¿Cuánto falta, Richard? ¿Cuándo empieza el partido?
-Seguid calentando.
Por fin llega el instante. El salto al terreno de juego. Claro, no era la primera vez. Pero esta ocasión sí merecía el calificativo de especial.
La grada está en sus oídos, porque los aplausos retumban en el estadio. Al hincar las miradas en el horizonte, advierten las enseñas de Club Deportivo Uruguay. Las Banderas, los escudos, las frases de ánimo. Y la lluvia sigue cayendo. Para todos, menos para doce caras convencidas en sus posibilidades, en su unión. Impávidos, sólo tienen ojos puestos en un balón que echa a andar.
Siete en juego. Cinco aguardando su oportunidad. ¿Suman doce? Falso. Ese día las matemáticas se atravesaron con la esperanza, hasta convertir la solución en uno.
Cuando encajaron el primer gol, lo único que sintieron fue que el partido no había hecho más que comenzar, de modo que sólo hacía falta volver a sacar desde el centro del campo.
Llegó el segundo: doce caritas mojadas y frías escuchaban cómo las familias de los contrarios lo festejaban, pero perseveraban en el orgullo de defender una pasión.
Tuvieron que regresar al centro del campo para poner el juego de nuevo el balón no sólo esa vez, sino unas cuantas más.
Algunas más.
No importa su número. El partido no había terminado. Había que demostrar el pundonor de los campeones, la nobleza de los señores del juego, la honradez de quien defiende a un amigo.
Y lo demostraron.
E hicieron historia, con el sudor de sus frentes, con el dolor en sus piernas cansadas, con la sonrisa del tesón bien empleado, con el orgullo de pertenecer a un grupo irrepetible. Un puñado de pequeños hombres que no quieren separarse, ni entre sí, ni de quienes les ha enseñado.
Esos rostros pequeños salieron de la cancha con la cabeza tan alta como la habían mantenido todo el encuentro.
Cuando el rival había abandonado el césped, en el estadio sólo resonaba una canción desde las gradas:
SOY CELESTE, SOY CELESTE, CELESTE SOY YO............................................
Les ovacioné. Y todos. Todos nosotros y quienes no lo eran. Los que veníamos, los que ya estaban y los que ya tendrían que haberse marchado.
Seguramente, en el períodico de mañana se leerá que doce pequeños héroes perdieron una batalla, pero conquistaron un reino: el sentido de nuestras vidas.
Mi -nuestro- homenaje hoy y siempre va para ellos. Han demostrado que, en la vida, serán unos ganadores.
MI OPINION SOBRE EL PATIDO DE HOY TIENE QUE VER MAS ALLA DEL RESULTADO,AUN ESTOY EMOCIONADA,NICO SE PUSO A LLORAR EN EL CAMINO A CASA,QUE PASA MI AMOR?ES QUE MIS COMPAÑEROS Y YO NO VAMOS A VER MAS AL BOCA,ESTAMOS MUY TRISTES,DESPUES DE DARLE LAS RAZONES POR LAS CUALES NO PODRA DIRIGIRLOS,PERO QUE CONOCIENDO A RICHARD SIEMPRE QUE PUEDA IRA A ALENTARLOS,LO ENTENDIO A MEDIAS,ME SIENTO ORGULLOSA POR PERMITIR QUE MI HIJO COMPARTA UN ESPACIO DONDE NO HAY NIÑOS MEJORES O PEORES...HAY UN HERMOSO GRUPO DE NIÑOS TRATADOS COMO TAL.GRACIAS
ResponderEliminarMe hicieron emocionar los comentarios.
ResponderEliminarPequeños comentarios como estos hacen grandes diferencias.
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